Hannah Arendt

Revisión por parte de Margarethe von Trotta de la vida de la filósofa Hannah Arendt, y, en concreto, en 1961 cuando el semanario ‘The New Yorker’ la envió a Jerusalén para que cubriera el juicio de Adolf Eichmann. A raíz de aquella experiencia, Arendt escribió su controvertido libro ‘Un estudio sobre la banalidad del mal’. La película nos cuenta la parte de publicación de los articulos en la revista y la controversia levantada en la comunidad judía.

Independientemente de la suma corrección de la película , una fotografía fantástica y un estilo estupendo de la directora,  lo que más me ha interesado es el nivel de pensamiento existente gracias , está claro, al pensamiento de Hannah Arendt. Me quedé sobre todo con la idea clave que dió lugar al libro anteriormente mencionado: la falta de pensamiento nos hace, de alguna forma, perder nuestra humanidad, y alguien que no piense en absoluto sus actos, alguien que sólo obedece órdenes, es capaz de las mayos brutalidades realizadas en la historia. Y no se porqué esto me suena a momentos actuales, cometiéndose barbaridades en nombre del führer actual, “los mercados”. Voy a meter el libro: “Un estudio sobre la banalidad del mal” entre mis próximas lecturas, por lo que pueda aportarme al momento actual de la historia. Y os recomiendo ver la película ideal para agrandar nuestros  fanatismos y sectarismos y que podamos, o al menos intentemos, meter una capa de pensamiento a nuestros actos y actitudes.
No os la perdáis si tenéis la oportunidad.

Título original:
Hannah Arendt
Título castellano:
Hannah Arendt
Nacionalidad:
Alemania
Dirigida por:
Margarethe von Trotta
Ficha imdb:
http://www.imdb.com/title/tt1674773/
Trailer:
Imagen de previsualización de YouTube
Web:
Ficha Seminci 2012:
http://www.seminci.es/pelicula.php?id=1741

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Verso para Odres

Verso de maestros
poesia silenciosa
recorre mis venas
y todos mis poros
de septiembre a junio
Verso de recortes
poesia de tijeras
logros abandonados
examen suspendido
en septiembre
Verso de gominola
poesia de lapicero
recompondremos con celo
todo lo roto
de junio a septiembre
Verso de personas
Poesía de jóvenes
esponjas caminantes
jabón sin espuma
de octubre a mayo
Verso de dieces
Poesía de cincos
Sin rúbricas y
con fecha y firma
en junio y en ….
Verso de futuro
Poesía de vida
Risas y sollozos
A pecho y sin embozo
de siglo en siglo

Verso para Odres

Verso de maestros
poesia silenciosa
recorre mis venas
y todos mis poros
de septiembre a junio
Verso de recortes
poesia de tijeras
logros abandonados
examen suspendido
en septiembre
Verso de gominola
poesia de lapicero
recompondremos con celo
todo lo roto
de junio a septiembre
Verso de personas
Poesía de jóvenes
esponjas caminantes
jabón sin espuma
de octubre a mayo
Verso de dieces
Poesía de cincos
Sin rúbricas y
con fecha y firma
en junio y en ….
Verso de futuro
Poesía de vida
Risas y sollozos
A pecho y sin embozo
de siglo en siglo

Disfrutar de la crisis

Hay una frase, poco correcta, que seguro que todos hemos oído alguna vez que dice “en caso de violación inminente relájate y disfruta”.
Cada vez parece más claro que ese es el momento en el que nos encontramos todos, o quieren que nos encontremos de una forma u otra. Hay unos entes inmateriales, pero sobre todo económicos, que intentan incrementar nuestros miedos: vamos a perderlo todo, nos van a intervenir, vas a perder el trabajo, vas a perder la casa, vas a perder tu bienestar, tu coche, …..tu vida. No quiero entrar ahora en las perdidas reales que están sucediendo, y que quizás trate en otro post, ya que son absolutamente dramáticas pero debidas a comportamientos erróneos fomentados, en un pasado muy lejano, por esos mismos entes inmateriales que ahora hacen lo contrario. La diferencia de comportamiento se debe a que ahora el dinero lo ganan con lo contrario.

Lo que quiero es centrarme en este caso en aquellas cosas que consideramos imprescindibles,  pero que seguramente no lo son tanto. Hoy he recibido por tercera vez por correo electrónico el artículo de Angeles Caso: “lo que quiero ahora” que publicó en enero de este año 2012.  Lo leo de nuevo y sigo compartiendo la mayor parte de sus reflexiones: he tenido suficientes horas buenas y malas,  no quiero reposar en una tumba lleno de honores y cuentas bancarias, y sobretodo me parece que vivimos en una sociedad absolutamente cínica e hipócrita. Quizás un calificativo mejor para esta sociedad sería el de adolescente, una sociedad de la inmediatez, de tener ahora mismo cosas que abandono a continuación. Pero si vamos a las verdaderas raíces de que le está sucediendo a nuestra sociedad, llegamos a la conclusión que no es una crisis económica, sino que esta es simplemente el resultado de la crisis ética que sufrimos.
Si nos hacemos conscientes que estamos inmersos en una crisis ética, intentando participar lo menos posible en ella para sentirte agosto con tu conciencia, y siendo de naturaleza más bien optimista, lo único que queda es valorar lo realmente importante para tu universo identitario: mis amigos, mi Albayzin, el menú del día en el sitio de siempre, las charlas delante de nuestro bebaje favorito, ese nuevo disco que descubrimos desayunando en Plaza Larga, ese libro que nos cuenta por enésima vez los trapicheos existentes de forma novelada e intrigante, y en definitiva, nuestra pelicula en V.O.

Y con estas mimbres qué respuesta podemos dar a nuestra situación actual, y sobre todo, y más importante, qué debemos intentar con nuestros hijos, o en un escenario más abierto, con los jóvenes pertenecientes a nuestro entorno cercano. Yo creo que simplemente lo que debemos hacer es no capar su capacidad intrínseca de disfrutar, de hacer lo que les gusta por encima de todo.

Y eso solo lo podemos hacer siendo un modelo en ese sentido, recomponiendo nuestros valores, disfrutando el hoy desde la posición en la que estemos, sin anhelar lo que no tenemos porque no es que nos lo quiten, es que no lo queremos. Compartiendo y colaborando. Aprendiendo continuamente. Sin enrocarnos en posiciones dañinas, sobre todo para nosotros mismos. Creciendo continuamente para permitir de verdad a nuestros que se esfuercen por hacer lo que les gusta, porque su trabajo se convertirá en hobby. Que no se preocupen solamente por el dinero que ganan porque en ese momento su sueldo se convertirá en vida. Que no les preocupen sus posesiones como un bien a proteger porque en ese momento sus bienes se convertirán en comunidad. Que su seguridad no dependa de pisar a los demás, porque en ese momento sus relaciones se convertirán en amor.

Y eso, esos entes inmateriales basados en el dinero no saben gestionarlo, y ver esa actitud en los que creen sus vasallos les llevará a enloquecer, explotar y desaparecer.

 

Disfrutar de la crisis

Hay una frase, poco correcta, que seguro que todos hemos oído alguna vez que dice “en caso de violación inminente relájate y disfruta”.
Cada vez parece más claro que ese es el momento en el que nos encontramos todos, o quieren que nos encontremos de una u otra forma. Hay unos entes inmateriales, pero sobre todo económicos, que intentan incrementar nuestros miedos: vamos a perderlo todo, nos van a intervenir, vas a perder el trabajo, vas a perder la casa, vas a perder tu bienestar, tu coche, …tu vida. No quiero entrar ahora en las perdidas reales que están sucediendo, y que quizás trate en otro post, ya que son absolutamente dramáticas pero debidas a comportamientos erróneos fomentados, en un pasado muy lejano, por esos mismos entes inmateriales que ahora hacen lo contrario. La diferencia de comportamiento se debe a que ahora el dinero lo ganan con lo contrario.

Lo que quiero es centrarme en este caso en aquellas cosas que consideramos imprescindibles,  pero que seguramente no lo son tanto. Hoy he recibido por tercera vez por correo electrónico el artículo de Angeles Caso: “lo que quiero ahora” que publicó en enero de este año 2012.  Lo leo de nuevo y sigo compartiendo la mayor parte de sus reflexiones: he tenido suficientes horas buenas y malas,  no quiero reposar en una tumba lleno de honores y cuentas bancarias, y sobretodo me parece que vivimos en una sociedad absolutamente cínica e hipócrita. Quizás un calificativo mejor para esta sociedad sería el de adolescente, una sociedad de la inmediatez, de tener ahora mismo cosas que abandono a continuación. Pero si vamos a las verdaderas raíces de que le está sucediendo a nuestra sociedad, llegamos a la conclusión que no es una crisis económica, sino que esta es simplemente el resultado de la crisis ética que sufrimos.
Si nos hacemos conscientes que estamos inmersos en una crisis ética, intentando participar lo menos posible en ella para sentirte a gusto con tu conciencia, y siendo de naturaleza más bien optimista, lo único que queda es valorar lo realmente importante para tu universo identitario: mis amigos, mi Albayzin, el menú del día en el sitio de siempre, las charlas delante de nuestro bebaje favorito, ese nuevo disco que descubrimos desayunando en Plaza Larga, ese libro que nos cuenta por enésima vez los trapicheos existentes de forma novelada e intrigante, y en definitiva, nuestra pelicula en V.O.

Y con estas mimbres qué respuesta podemos dar a nuestra situación actual, y sobre todo, y más importante, qué debemos intentar con nuestros hijos, o en un escenario más abierto, con los jóvenes pertenecientes a nuestro entorno cercano. Yo creo que simplemente lo que debemos hacer es no capar su capacidad intrínseca de disfrutar, de hacer lo que les gusta por encima de todo.

Y eso solo lo podemos hacer siendo un modelo en ese sentido, recomponiendo nuestros valores, disfrutando el hoy desde la posición en la que estemos, sin anhelar lo que no tenemos porque no es que nos lo quiten, es que no lo queremos. Compartiendo y colaborando. Aprendiendo continuamente. Sin enrocarnos en posiciones dañinas, sobre todo para nosotros mismos. Creciendo continuamente para permitir de verdad a nuestros jóvenes que se esfuercen por hacer lo que les gusta, porque su trabajo se convertirá en hobby. Que no se preocupen solamente por el dinero que ganan porque en ese momento su sueldo se convertirá en vida. Que no les preocupen sus posesiones como un bien a proteger porque en ese momento sus bienes se convertirán en comunidad. Que su seguridad no dependa de pisar a los demás, porque en ese momento sus relaciones se convertirán en amor.

Y eso, esos entes inmateriales basados en el dinero no saben gestionarlo, y ver esa actitud en los que creen sus vasallos les llevará a enloquecer, explotar y desaparecer.

 

Disfrutar de la crisis

Hay una frase, poco correcta, que seguro que todos hemos oído alguna vez que dice “en caso de violación inminente relájate y disfruta”.
Cada vez parece más claro que ese es el momento en el que nos encontramos todos, o quieren que nos encontremos de una u otra forma. Hay unos entes inmateriales, pero sobre todo económicos, que intentan incrementar nuestros miedos: vamos a perderlo todo, nos van a intervenir, vas a perder el trabajo, vas a perder la casa, vas a perder tu bienestar, tu coche, …tu vida. No quiero entrar ahora en las pérdidas reales que están sucediendo, y que quizás trate en otro post. Y es que éstas, son absolutamente dramáticas pero debidas a comportamientos erróneos fomentados, en un pasado muy lejano, por esos mismos entes inmateriales que ahora hacen lo contrario. La diferencia de comportamiento se debe a que ahora el dinero lo ganan haciendo lo contrario a lo que hacían antes: Ahora me interesa darte una hipoteca, puedas pagarla o no; Ahora me interesa quitarte el piso.

Pero como digo, no quiero dedicar este post a esto. Lo que quiero es centrarme, en este caso, en aquellas cosas que consideramos imprescindibles,  pero que seguramente no lo son tanto. Hoy he recibido por tercera vez por correo electrónico el artículo de Angeles Caso: “lo que quiero ahora” que publicó en enero de este año 2012.  Lo leo de nuevo y sigo compartiendo la mayor parte de sus reflexiones: he tenido suficientes horas buenas y malas,  no quiero reposar en una tumba lleno de honores y cuentas bancarias, y sobretodo me parece que vivimos en una sociedad absolutamente cínica e hipócrita. Quizás un calificativo mejor para esta sociedad sería el de adolescente, una sociedad de la inmediatez, de tener ahora mismo cosas que abandono a continuación. Pero si vamos a las verdaderas raíces de que le está sucediendo a nuestra sociedad, llegamos a la conclusión que no es una crisis económica, sino que esta es simplemente el resultado de la crisis ética que sufrimos.
Si nos hacemos conscientes que estamos inmersos en una crisis ética, intentando participar lo menos posible en ella para sentirte a gusto con tu conciencia, y siendo de naturaleza más bien optimista, lo único que queda es valorar lo realmente importante para tu universo identitario: mis amigos, mi Albayzin, el menú del día en el sitio de siempre, las charlas delante de nuestro bebaje favorito, ese nuevo disco que descubrimos desayunando en Plaza Larga, ese libro que nos cuenta por enésima vez los trapicheos existentes de forma novelada e intrigante, y en definitiva, nuestra pelicula en V.O.

Y con estas mimbres qué respuesta podemos dar a nuestra situación actual, y sobre todo, y más importante, qué debemos intentar con nuestros hijos, o en un escenario más abierto, con los jóvenes pertenecientes a nuestro entorno cercano. Yo creo que simplemente lo que debemos hacer es no capar su capacidad intrínseca de disfrutar, de hacer lo que les gusta por encima de todo.

Y eso solo lo podemos hacer siendo un modelo en ese sentido, recomponiendo nuestros valores, disfrutando el hoy desde la posición en la que estemos, sin anhelar lo que no tenemos porque no es que nos lo quiten, es que no lo queremos. Compartiendo y colaborando. Aprendiendo continuamente. Sin enrocarnos en posiciones dañinas, sobre todo para nosotros mismos. Creciendo continuamente para permitir de verdad a nuestros jóvenes que se esfuercen por hacer lo que les gusta, porque su trabajo se convertirá en hobby. Que no se preocupen solamente por el dinero que ganan porque en ese momento su sueldo se convertirá en vida. Que no les preocupen sus posesiones como un bien a proteger porque en ese momento sus bienes se convertirán en comunidad. Que su seguridad no dependa de pisar a los demás, porque en ese momento sus relaciones se convertirán en amor.

Y esto, esos entes inmateriales basados en el dinero no saben gestionarlo, y ver esa actitud en los que creen sus vasallos les llevará a enloquecer, explotar y desaparecer.

 

Disfrutar de la crisis

Hay una frase, poco correcta, que seguro que todos hemos oído alguna vez que dice “en caso de violación inminente relájate y disfruta”.
Cada vez parece más claro que ese es el momento en el que nos encontramos todos, o quieren que nos encontremos de una u otra forma. Hay unos entes inmateriales, pero sobre todo económicos, que intentan incrementar nuestros miedos: vamos a perderlo todo, nos van a intervenir, vas a perder el trabajo, vas a perder la casa, vas a perder tu bienestar, tu coche, …tu vida. No quiero entrar ahora en las pérdidas reales que están sucediendo, y que quizás trate en otro post. Y es que éstas, son absolutamente dramáticas pero debidas a comportamientos erróneos fomentados, en un pasado muy lejano, por esos mismos entes inmateriales que ahora hacen lo contrario. La diferencia de comportamiento se debe a que ahora el dinero lo ganan haciendo lo contrario a lo que hacían antes: Ahora me interesa darte una hipoteca, puedas pagarla o no; Ahora me interesa quitarte el piso.

Pero como digo, no quiero dedicar este post a esto. Lo que quiero es centrarme, en este caso, en aquellas cosas que consideramos imprescindibles,  pero que seguramente no lo son tanto. Hoy he recibido por tercera vez por correo electrónico el artículo de Angeles Caso: “lo que quiero ahora” que publicó en enero de este año 2012.  Lo leo de nuevo y sigo compartiendo la mayor parte de sus reflexiones: he tenido suficientes horas buenas y malas,  no quiero reposar en una tumba lleno de honores y cuentas bancarias, y sobretodo me parece que vivimos en una sociedad absolutamente cínica e hipócrita. Quizás un calificativo mejor para esta sociedad sería el de adolescente, una sociedad de la inmediatez, de tener ahora mismo cosas que abandono a continuación. Pero si vamos a las verdaderas raíces de que le está sucediendo a nuestra sociedad, llegamos a la conclusión que no es una crisis económica, sino que esta es simplemente el resultado de la crisis ética que sufrimos.
Si nos hacemos conscientes que estamos inmersos en una crisis ética, intentando participar lo menos posible en ella para sentirte a gusto con tu conciencia, y siendo de naturaleza más bien optimista, lo único que queda es valorar lo realmente importante para tu universo identitario: mis amigos, mi Albayzin, el menú del día en el sitio de siempre, las charlas delante de nuestro bebaje favorito, ese nuevo disco que descubrimos desayunando en Plaza Larga, ese libro que nos cuenta por enésima vez los trapicheos existentes de forma novelada e intrigante, y en definitiva, nuestra pelicula en V.O.

Y con estas mimbres qué respuesta podemos dar a nuestra situación actual, y sobre todo, y más importante, qué debemos intentar con nuestros hijos, o en un escenario más abierto, con los jóvenes pertenecientes a nuestro entorno cercano. Yo creo que simplemente lo que debemos hacer es no capar su capacidad intrínseca de disfrutar, de hacer lo que les gusta por encima de todo.

Y eso solo lo podemos hacer siendo un modelo en ese sentido, recomponiendo nuestros valores, disfrutando el hoy desde la posición en la que estemos, sin anhelar lo que no tenemos porque no es que nos lo quiten, es que no lo queremos. Compartiendo y colaborando. Aprendiendo continuamente. Sin enrocarnos en posiciones dañinas, sobre todo para nosotros mismos. Creciendo continuamente para permitir de verdad a nuestros jóvenes que se esfuercen por hacer lo que les gusta, porque su trabajo se convertirá en hobby. Que no se preocupen solamente por el dinero que ganan porque en ese momento su sueldo se convertirá en vida. Que no les preocupen sus posesiones como un bien a proteger porque en ese momento sus bienes se convertirán en comunidad. Que su seguridad no dependa de pisar a los demás, porque en ese momento sus relaciones se convertirán en amor.

Y esto, esos entes inmateriales basados en el dinero no saben gestionarlo, y ver esa actitud en los que creen sus vasallos les llevará a enloquecer, explotar y desaparecer.

 

Disfrutar de la crisis

Hay una frase, poco correcta, que seguro que todos hemos oído alguna vez que dice “en caso de violación inminente relájate y disfruta”.
Cada vez parece más claro que ese es el momento en el que nos encontramos todos, o quieren que nos encontremos de una u otra forma. Hay unos entes inmateriales, pero sobre todo económicos, que intentan incrementar nuestros miedos: vamos a perderlo todo, nos van a intervenir, vas a perder el trabajo, vas a perder la casa, vas a perder tu bienestar, tu coche, …tu vida. No quiero entrar ahora en las pérdidas reales que están sucediendo, y que quizás trate en otro post. Y es que éstas, son absolutamente dramáticas pero debidas a comportamientos erróneos fomentados, en un pasado muy lejano, por esos mismos entes inmateriales que ahora hacen lo contrario. La diferencia de comportamiento se debe a que ahora el dinero lo ganan haciendo lo contrario a lo que hacían antes: Ahora me interesa darte una hipoteca, puedas pagarla o no; Ahora me interesa quitarte el piso.

Pero como digo, no quiero dedicar este post a esto. Lo que quiero es centrarme, en este caso, en aquellas cosas que consideramos imprescindibles,  pero que seguramente no lo son tanto. Hoy he recibido por tercera vez por correo electrónico el artículo de Angeles Caso: “lo que quiero ahora” que publicó en enero de este año 2012.  Lo leo de nuevo y sigo compartiendo la mayor parte de sus reflexiones: he tenido suficientes horas buenas y malas,  no quiero reposar en una tumba lleno de honores y cuentas bancarias, y sobretodo me parece que vivimos en una sociedad absolutamente cínica e hipócrita. Quizás un calificativo mejor para esta sociedad sería el de adolescente, una sociedad de la inmediatez, de tener ahora mismo cosas que abandono a continuación. Pero si vamos a las verdaderas raíces de que le está sucediendo a nuestra sociedad, llegamos a la conclusión que no es una crisis económica, sino que esta es simplemente el resultado de la crisis ética que sufrimos.
Si nos hacemos conscientes que estamos inmersos en una crisis ética, intentando participar lo menos posible en ella para sentirte a gusto con tu conciencia, y siendo de naturaleza más bien optimista, lo único que queda es valorar lo realmente importante para tu universo identitario: mis amigos, mi Albayzin, el menú del día en el sitio de siempre, las charlas delante de nuestro bebaje favorito, ese nuevo disco que descubrimos desayunando en Plaza Larga, ese libro que nos cuenta por enésima vez los trapicheos existentes de forma novelada e intrigante, y en definitiva, nuestra pelicula en V.O.

Y con estas mimbres qué respuesta podemos dar a nuestra situación actual, y sobre todo, y más importante, qué debemos intentar con nuestros hijos, o en un escenario más abierto, con los jóvenes pertenecientes a nuestro entorno cercano. Yo creo que simplemente lo que debemos hacer es no capar su capacidad intrínseca de disfrutar, de hacer lo que les gusta por encima de todo.

Y eso solo lo podemos hacer siendo un modelo en ese sentido, recomponiendo nuestros valores, disfrutando el hoy desde la posición en la que estemos, sin anhelar lo que no tenemos porque no es que nos lo quiten, es que no lo queremos. Compartiendo y colaborando. Aprendiendo continuamente. Sin enrocarnos en posiciones dañinas, sobre todo para nosotros mismos. Creciendo continuamente para permitir de verdad a nuestros jóvenes que se esfuercen por hacer lo que les gusta, porque su trabajo se convertirá en hobby. Que no se preocupen solamente por el dinero que ganan porque en ese momento su sueldo se convertirá en vida. Que no les preocupen sus posesiones como un bien a proteger porque en ese momento sus bienes se convertirán en comunidad. Que su seguridad no dependa de pisar a los demás, porque en ese momento sus relaciones se convertirán en amor.

Y esto, esos entes inmateriales basados en el dinero no saben gestionarlo, y ver esa actitud en los que creen sus vasallos les llevará a enloquecer, explotar y desaparecer.

 

Katmandú, un espejo en el cielo

Tengo que reconocer que me encantan las ideas que lleva al cine Iciar Bollaín, tanto ”Y después la lluvia” como “Katmandu” tratan temas comprometidos con el mundo que queremos, o creo que queremos, vivir en el futuro. Con la idea de otro mundo es posible y con el optimismo de que merece la pena esforzarse para conseguirlo, de una cooperación moderna. Sin embargo, nuevamente en Katmandu no consigue redondear la historia. Pasan cosas que no se explican y no se profundiza en el compromiso educativo de la protagonista, Laia (Verónica Echegui), que está muy bien en su papel por otra parte. No llegamos a saber que interés real tiene, que herramientas educativas plantea usar y porque, y por lo tanto, los resultados, especialmente los que suceden con el personaje de Sharmila (Saumyata Bhattarai), su alumna favorita, que resultan francamente increíbles. Es quizás ese personaje el que más inverosímil hace la película.
Otro personaje que a mi en particular me resultaba cómico es el director del colegio, pero sobre todo porque me recordaba al director del colegio de la serie Glee.
Hay sin embargo alguna escena fantástica, como la esperada llegada de los niños al colegio en los suburbios el primer día, y como nada va como lo esperado, es quizás lo único absolutamente creíble “educativamente” en un guión a mi parecer un tanto forzado, y, como me suele resultar con todos los guiones que he visto en los que participa Paul Laverty con la acción fuera de Inglaterra, bastante irreales, sin que llegues en ningún momento a poder meterte completamente en la historia que te cuentan.

En cualquier caso, seguiré viendo las películas de Icíar Bollaín porque siempre me aporta visiones sobre las que edificar mis reflexiones personales sobre el mundo que estamos haciendo y el que podemos hacer.

Título original:
Katmandú, un espejo en el cielo
Título castellano:
Katmandú, un espejo en el cielo
Nacionalidad:
España
Dirigida por:
Icíar Bollaín
Ficha imdb:
http://www.imdb.es/title/tt1839688/
Trailer:
Imagen de previsualización de YouTube
Web:
http://www.katmandulapelicula.com/

Katmandú, un espejo en el cielo

Tengo que reconocer que me encantan las ideas que lleva al cine Iciar Bollaín, tanto ”Y después la lluvia” como “Katmandu” tratan temas comprometidos con el mundo que queremos, o creo que queremos, vivir en el futuro. Con la idea de otro mundo es posible y con el optimismo de que merece la pena esforzarse para conseguirlo, de una cooperación moderna. Sin embargo, nuevamente en Katmandu no consigue redondear la historia. Pasan cosas que no se explican y no se profundiza en el compromiso educativo de la protagonista, Laia (Verónica Echegui), que está muy bien en su papel por otra parte. No llegamos a saber que interés real tiene, que herramientas educativas plantea usar y porque, y por lo tanto, los resultados, especialmente los que suceden con el personaje de Sharmila (Saumyata Bhattarai), su alumna favorita, que resultan francamente increíbles. Es quizás ese personaje el que más inverosímil hace la película.
Otro personaje que a mi en particular me resultaba cómico es el director del colegio, pero sobre todo porque me recordaba al director del colegio de la serie Glee.
Hay sin embargo alguna escena fantástica, como la esperada llegada de los niños al colegio en los suburbios el primer día, y como nada va como lo esperado, es quizás lo único absolutamente creíble “educativamente” en un guión a mi parecer un tanto forzado, y, como me suele resultar con todos los guiones que he visto en los que participa Paul Laverty con la acción fuera de Inglaterra, bastante irreales, sin que llegues en ningún momento a poder meterte completamente en la historia que te cuentan.

En cualquier caso, seguiré viendo las películas de Icíar Bollaín porque siempre me aporta visiones sobre las que edificar mis reflexiones personales sobre el mundo que estamos haciendo y el que podemos hacer.

Título original:
Katmandú, un espejo en el cielo
Título castellano:
Katmandú, un espejo en el cielo
Nacionalidad:
España
Dirigida por:
Icíar Bollaín
Ficha imdb:
http://www.imdb.es/title/tt1839688/
Trailer:
Imagen de previsualización de YouTube
Web:
http://www.katmandulapelicula.com/