¡Bienvenido a la República Independiente de… Mi Cole!

Os dejo este artículo que habla de un cole que no parece un cole, un cole donde los niños y niñas aprenden en todo momento, lugar y modo. Una experiencia que cada vez vemos más en diferentes lugares de Europa y Países Nórdicos.

Viendo las fotos me recuerda mucho a Ikea, y lo digo sin hacer bromas ¿eh? Es el concepto de libertad, de funcionalidad, de confianza. Ese concepto que tanto nos ha enganchado la marca sueca de muebles y que ha conseguido abrir multitud de centros por varias provincias en nuestro país. ¿Cuándo nos enganchará también un concepto de cole así? ¿cuándo empezaremos a dejar de hablar sobre cómo ha de ser la educación y empezaremos a llevarlo a la práctica?

Si ellos pueden ¿nosotros también?

Está claro que hemos de comenzar el cambio, realizar acciones que vayan encaminadas a enseñar a una generación que sabemos que han crecido y nacido en otro contexto social, cultural y educativo. La semana pasada hablamos de esto en @kfe06 Sede9 #MAD01, y pudimos comprobar qué difícil nos resulta entender las características de esta generación. Pero también vimos como necesitamos un cambio, cómo las tecnologías son su vida y nos dan también la clave de algunas cosas que ya podemos ir haciendo. Hay gente que ya está comenzando esa andadura, sin embargo, tenemos demasiados miedos, demasiados “corsés” que nos impiden pensar con claridad y, sobre todo, romper con los muros de nuestra tan sobrestimada educación. Muchos piensan que no pasa nada porque los alumnos pasen por la misma situación que ellos, que si a ellos les funcionó, también les funcionará a los alumnos. Pero este es un concepto equivocado porque, para empezar, no somos ni hemos nacido en el mismo momento. Lo que a nuestros padres les funcionó, a nosotros no. La lucha eterna de generaciones se mantiene, entre padres e hijos, pero no podemos mantener la lucha también desde las aulas, o peor, desde el diseño de nuestro sistema educativo que les hace crecer grises, desinteresados y mediocres.

Tenemos ante nosotros una generación que nos está pidiendo aprender, pero tenemos que reconfigurar qué, cómo y dónde… ¿nos atrevemos?

 

¡Bienvenido a la República Independiente de… Mi Cole!

Os dejo este artículo que habla de un cole que no parece un cole, un cole donde los niños y niñas aprenden en todo momento, lugar y modo. Una experiencia que cada vez vemos más en diferentes lugares de Europa y Países Nórdicos.

Viendo las fotos me recuerda mucho a Ikea, y lo digo sin hacer bromas ¿eh? Es el concepto de libertad, de funcionalidad, de confianza. Ese concepto que tanto nos ha enganchado la marca sueca de muebles y que ha conseguido abrir multitud de centros por varias provincias en nuestro país. ¿Cuándo nos enganchará también un concepto de cole así? ¿cuándo empezaremos a dejar de hablar sobre cómo ha de ser la educación y empezaremos a llevarlo a la práctica?

Si ellos pueden ¿nosotros también?

Está claro que hemos de comenzar el cambio, realizar acciones que vayan encaminadas a enseñar a una generación que sabemos que han crecido y nacido en otro contexto social, cultural y educativo. La semana pasada hablamos de esto en @kfe06 Sede9 #MAD01, y pudimos comprobar qué difícil nos resulta entender las características de esta generación. Pero también vimos como necesitamos un cambio, cómo las tecnologías son su vida y nos dan también la clave de algunas cosas que ya podemos ir haciendo. Hay gente que ya está comenzando esa andadura, sin embargo, tenemos demasiados miedos, demasiados “corsés” que nos impiden pensar con claridad y, sobre todo, romper con los muros de nuestra tan sobrestimada educación. Muchos piensan que no pasa nada porque los alumnos pasen por la misma situación que ellos, que si a ellos les funcionó, también les funcionará a los alumnos. Pero este es un concepto equivocado porque, para empezar, no somos ni hemos nacido en el mismo momento. Lo que a nuestros padres les funcionó, a nosotros no. La lucha eterna de generaciones se mantiene, entre padres e hijos, pero no podemos mantener la lucha también desde las aulas, o peor, desde el diseño de nuestro sistema educativo que les hace crecer grises, desinteresados y mediocres.

Tenemos ante nosotros una generación que nos está pidiendo aprender, pero tenemos que reconfigurar qué, cómo y dónde… ¿nos atrevemos?

 

Las tutorías: ¿plan o intervención?

Este verano estoy leyendo noticias sobre la nueva actuación del Gobierno de la Comunidad de Madrid sobre las tutorías. Parece que como nos faltan horas para dedicar a las matemáticas (o el inglés, o la lengua…) hemos de dedicar las que teníamos para llevar a cabo parte del Plan de Acción Tutorial y que se realizaban con el grupo. Según la Consejería, no se eliminan las tutorías, que ahora se llevarán a cabo de forma individual con cada alumno, en horario extraescolar y además serán remuneradas para el profesor!!

El problema no es cómo voy a conocer, yo como docente, a mis alumnos. El problema es que no sabemos en qué consiste el Plan de Acción Tutorial, y es que esto es más, mucho más, que simples horas dedicadas a hablar con los alumnos. Como su propio nombre indica es un plan, un conjunto de acciones que tienen como objetivo integrar a los alumnos en el proceso educativo en su conjunto: sí, también el social, grupal, de conocimiento mutuo entre compañeros y entre profesores y alumnos.

Como formadora, llevo impartiendo el módulo de Acción Tutorial ya casi once años por petición expresa de muchos centros en los que trabajo, me pregunto qué estarán pensando estos centros (sus profesores y directores) sobre esta nueva decisión. Muchos de los docentes con los que trabajo se quejan de falta de tiempo para poder enseñar a sus alumnos a trabajar en equipo, a prevenir conflictos, a crear nuevos escenarios para el aprendizaje. Y eso ahora que todavía hay tutorías.

Pero veamos un poco más en profundidad qué es la Acción Tutorial. La tutoría se conceptúa como una forma esencial y básica del ejercicio orientador a nivel de aula. Un instrumento útil y productivo al servicio del proceso educativo del alumno.

Las características de la ACCIÓN TUTORIAL son:

  • Continua.
  • Que implica a profesores, escuela, familia y medio social.
  • Que atiende a las particularidades de cada individuo.
  • Que proporciona al alumno la capacidad para su auto-orientación.

El tutor se erige como el responsable directo, junto con el Orientador de Centro de la labor de “educar para la vida”. La relación entre el Orientador y el Profesor-Tutor se establece en términos de un trabajo en equipo, que proporciona asesoramiento mutuo y se realiza de forma continuada.

Las funciones del tutor abarcan tres ámbitos fundamentales:

  • Alumnos
  • Padres
  • Otros profesores

E implica los siguientes ámbitos de actuación:

  • Desarrollo del autoconcepto
  • Relaciones interpersonales
  • Habilidades sociales
  • Clima de clase e integración grupal
  • Desarrollo de las competencias básicas
  • Habilidades de la vida
  • Habilidades para el estudio
  • Dificultades de aprendizaje

Así de modo sintético, esto es lo que significa la Acción tutorial y ahora pregunto, ¿creen que todo esto se puede llevar a cabo con entrevistas personales e individuales con los alumnos, padres o compañeros? ¿cómo voy a enseñar Habilidades Sociales si no tengo al grupo para entrenarlas? ¿cómo voy a desarrollar el trabajo para la mejora del clima de clase o integración grupal?

Ya era una asignatura pendiente, esto de las tutorías, muchos tutores dedican las horas de tutoría para dar su materia y esto es grave. Estos niños, los de la ESO, están en una fase fundamental de su vida a nivel madurativo y de desarrollo. Las familias somos importantes, pero los profesores, el centro educativo también lo son. Desde mi punto de vista, eliminar las tutorías o hacerlas tal y como propone la Consejería a nivel individual, es lo mismo que si un padre decidiera que no va a charlar durante la cena con sus hijos, ni va a ver qué tienen que hacer de tareas, ni trabajan valores de convivencia con los hermanos, y solo interviene cuando surge un problema y sólo si el hijo acude a solucionarlo… vamos, lo mismo que reprocha la sociedad a los padres en este momento, lo que se dice que está haciendo la familia: desatender su labor educativa.

¿Por qué la escuela secundaria puede desatender su labor educativa? ¿por qué le damos más importancia a las matemáticas, la lengua, el inglés? Nuevamente el problema es que estamos centrando la misión del centro educativo en el currículum rígido y parcelado, y no está apostando por nuevas metodologías, globales, capaces de generar dinámicas grupales de aprendizaje de todas las áreas del conocimiento.

Aunque ya lo vimos en este blog, vuelvo a remitirme a la excepcional charla de Sir Ken Robinson en el TED que para mí es inspiradora y reveladora sobre cuál debería ser el modelo o modelos hacia los que deberíamos tender como educadores. Estamos dejando de hacer muchas cosas, las fundamentales, para centrarnos en crear alumnos con un currículum único que tiene un peso diferente según materias. Igual que si un padre sólo se centrara en alimentar y vestir a sus hijos, sin configurar su personalidad.

Desde mi punto de vista, eso no es mejorar la educación, pero sólo es mi opinión.

Imagen de previsualización de YouTube

¿Bailamos?

Estamos llegando a la recta final del curso, un curso más, un año más con resultados muy parecidos. Observo los foros, las redes, tanta innovación que se supone que estamos arrancando no se refleja después en los alumnos. Éstos siguen contando los días hasta el final del curso, centrados en terminar cuanto antes los exámenes y por fin disfrutar de sus vacaciones. Y esto se repite un año tras otro, pasando de curso sin detenerse apenas en lo que la escuela les está ofreciendo, aunque quizás no les esté ofreciendo tanto…

Es muy interesante leer en las redes el movimiento que están causando las TIC, cualquiera que no esté día tras día observando el panorama pensaría que estamos avanzando mucho, cambiando paradigmas, estrategias, innovando de verdad. Sin embargo tengo la impresión de que es tan solo una línea débil, que se mantiene gracias a los que estamos mirando lo que pasa en estos medios. La otra línea, la más fuerte, paralela a esta, es la de los profesores estresados porque los niños les faltan el respeto en el aula, estresados porque se acerca la evaluación final y hay que corregir exámenes, alumnos estresados porque tienen que aprobar, padres y madres preocupados porque sus hijos aprueben… En fin, ¿que donde está la innovación? Que está muy bien que haya iniciativas de algunos profesores, eso es mejor que nada, pero ¿dónde está el proyecto de cambio real?,¿ cuándo vamos a conseguir que cambien realmente las estructuras de los centros?, ¿cuándo vamos a sacar la escuela a la calle?

Igual que en este vídeo, donde la Filarmónica de Copenhage sale a la calle y toca el Bolero de Ravel en la Estación Central, la escuela debería romper sus muros, integrarse en su entorno y mostrar a los alumnos la vida. Hacer que éstos no estén contando los días para salir de la escuela porque la escuela esté dentro de sus días, en sus vidas, en sus calles. Y esto no se consigue con algunas experiencias aisladas, se consigue realizando un verdadero pensamiento grupal. De nada serviría que uno de los músicos de la Filarmónica saliera a la calle a tocar, sería un músico más, un buen músico más, de los que tocan en la calle y quizás no nos pararíamos a mirar (como podemos ver en este vídeo en el que Ara Malikian, probablemente uno de los violinistas mejores, sale a tocar en el metro y recibe muy poca atención). El impacto de la Estación Central de Copenhage reside en el grupo, en la orquesta. Es más difícil hacer que se oiga nuestra voz si somos uno, la fuerza del grupo es más potente.

Así debería ser en educación, romper de una vez el trabajo individual, ponernos a trabajar en grupo para generar proyectos de cambio. Todo cambio pasa por un proyecto, un propósito para generar objetivos y acciones encaminadas a conseguirlos. Los centros siguen reproduciendo los modelos burocráticos exigidos por las administraciones, dejando el papel de la innovación en los profesores, y éstos hacen lo que pueden y/o lo que quieren, y no se les oye tanto como sería deseable.

Para producir una auténtica innovación hay que juntar a la orquesta, que cada uno aporte lo que sabe “tocar”, y que comience a sonar. Y para comenzar hemos de tener la “partitura”, para saber cuáles son los pasos que hemos de dar. De ahí la importancia del Proyecto para integrar cualquier cambio, pedagógico, tecnológico, arquitectónico… primero pensamos, consensuamos y, después, actuamos. Hacer un proyecto que contemple a todos los actores implicados, que sea capaz de sacar el partido de cada uno de ellos, profesores, equipo directivo, familias, alumnos, personal no docente… todos los que trabajamos por y para la educación. Los que queremos que el cambio llegue, los que queremos que el aprendizaje no se base exclusivamente en exámenes y pruebas de nivel. Todos los que deseamos que nuestros niños y  adolescentes no tengan ganas de que suene el timbre de salida del cole para poder “hacer su vida”.

Cada vez es más urgente mediar en este divorcio entre la escuela y la vida, y conseguir que vuelvan a ir de la mano. Romper de una vez con el modelo industrializado de la escuela de timbres, planificaciones y exámenes, y avanzar hacia una escuela activa del conocimiento.

Conocimiento como “hechos o datos de información adquiridos por una persona a través de la experiencia o la educación, la comprensión teórica o práctica de un tema u objeto de la realidad”.

Y existen herramientas que intentan llevar la realidad a la escuela, que pueden llevar la realidad a la escuela, pero ¿por qué no llevar también la escuela a la realidad? Las TIC nos permiten lograrlo, pero nos falta lo más importante que es dar el salto hacia un proyecto realmente innovador.

¿Qué me dices? ¿te animas a bailar conmigo?

Por una escuela innovadora:

Fundación Siglo22: http://fundacionsiglo22.org

Centros en Red: http://siglo22.net/enred

¿Necesitamos excelencia o revolución?

Ayer uno de mis alumnos comentó que estaba llegando a la conclusión de que en educación lo que estábamos necesitando era una revolución. Lo decía reflexionando sobre un tema del que ya hemos hablado en este blog, la evaluación en nuestro sistema educativo. Hablábamos de la desconexión que existe, sobre todo en secundaria pero cada vez más en primaria, entre lo que el alumno sabe porque aprende y lo que el alumno hace después en los exámenes. Hablábamos de la “indefensión aprendida” a la que muchas veces llegan nuestros alumnos sumidos en un entorno donde han perdido la ruta por la que llegar al éxito académico. Y es que quizás, sólo quizás, nosotros no sabemos qué es el éxito académico tampoco.

Por la tarde encontré este reportaje sobre la educación en Finlandia, en el que el autor acompaña a un chaval “normalito” en Finlandia en un día cotidiano y lo compara con un día cotidiano de un chaval “normalito” en España, su propio hijo. La verdad, y aunque ya sea un tema muy repetido y comentado, ¿realmente estamos siendo conscientes de lo que supone esa comparación? Si leemos atentamente el texto en Finlandia no hay ningún curso de “excelencia” porque todos son excelentes. No existe discriminación a favor de unos frente a otros. Existe igualdad de oportunidades para todos los alumnos, eso que se dice pero se hace muy poco en nuestro país. Nosotros preferimos separar a los niños que “sacan buenas notas”, que no a los que saben más, porque como he comentado más arriba esto no siempre correlaciona. Y entonces a nosotros, los padres, nos parece una excelente idea (sí, también excelente), y no pensamos que quizás donde hay que poner la atención, el foco y los programas políticos es en conseguir una educación universal que genere aprendizajes diversos en nuestros alumnos que, como consecuencia darán buenos resultados académicos.

Además hay otro tema importante, en Finlandia ser profesor es una profesión de prestigio, donde se requiere una alta formación, dónde se realizan una pruebas realmente duras para poder acceder. Pensemos por un momento en nuestros profesores, en su formación y en su acceso al ejercicio de la profesión (cuando pueden presentarse) y pensemos también en sus sueldos. De verdad ¿no pensáis que quizás haga falta revolucionar el sistema a fondo? ¿tal y como comentaba mi alumno?

Contra el fracaso escolar, ¡evolución!

El otro día leí una noticia en el periódico que dice que el fracaso escolar se fragua en la primaria y que tiene un carácter irreversible a los 19 años. La verdad es que es una noticia que me parece aterradora en un país como el nuestro que necesita cada vez más ciudadanos formados y cultos. Estamos ante una realidad contra la que no sabemos luchar por lo que parece. Las soluciones que se aportan desde los Gobiernos y sus leyes de educación parece que no contribuyen al descenso del fracaso escolar, pero ¿por qué?

Tengo la sensación de que los padres de ahora tenemos un nivel mejor si lo comparamos con nuestros propios padres. El nivel de analfabetismo en España ha disminuido hasta el 2,2%, y esto es sin duda un logro frente a otras épocas bastante recientes. Sin embargo, no estamos sabiendo luchar contra el fracaso y abandono escolar, este es un problema que no se arregla con obligatoriedades ni repeticiones de nivel. Estamos asistiendo en mayor o menos grado a la generalización de la desmotivación por aprender, y esto sí que es grave, ya que sin conocimiento no existe la innovación, ni la creatividad, ni el avance de una sociedad.

Hay multitud de foros últimamente donde se habla del cambio de paradigma, normalmente motivado por las TIC. Y sin embargo no percibo que se evolucione realmente a dicho cambio de paradigma, salvo excepciones. El panorama general sitúa a los alumnos en aulas donde, a medida que pasan los años, se les resta escenarios de creatividad, debate y manipulación, para convertirse en aulas donde el aprendizaje se produce básicamente por escuchar en silencio a un profesor. Ni existe silencio, ni existe escucha, ni existe aprendizaje con ese modelo, ¡asumámoslo! Nos cuesta mucho cambiar el modelo, y comienzan a aflorar teorías nostálgicas de un tiempo mejor: cuando el alumno respetaba al profesor. Y echamos mano de medidas disciplinarias para volver a aquellos tiempos en que los alumnos callaban y escuchaban. Y no queremos ruido en las aulas, pero lo tenemos. No queremos que copien, pero lo hacen. No queremos que respondan, pero lo cierto es que si no comprenden han de preguntar, y responder.

Intentamos resolver el problema, nuestro problema, con un modelo antiguo ya caduco. Intentamos que nuestras aulas de ahora sean como lo eran cuando nosotros éramos estudiantes. Nosotros callábamos ante las incomprensiones, o ante las injusticias. Nosotros quizás aprendimos con un modelo basado principalmente en el miedo, y esto ahora no funciona. Y me da la sensación de que respondemos al desconcierto con desorden, sin pensar en modelos diferentes, sin pensar en la “evolución”.

Tenemos multitud de recursos para cambiar, sólo nos falta atrevernos. Sabemos que hay metodologías más motivadoras, como el aprendizaje cooperativo, o el trabajo por proyectos, basándonos en las inteligencias múltiples. Existen las tecnologías en educación, el uso de internet en el aula, y sin embargo recurrimos una y otra vez a los modelos de antaño. Los métodos de mira el libro y haz los ejercicios. Pero no es la tecnología lo importante, es el saber plantear proyectos de innovación pedagógica, de EVOLUCIÓN. Me quedo con la frase de Carlinhos Brown con su proyecto del Candeal, de todo el movimiento social y educativo que ha revolucionado su favela natal: “la revolución destruye, pero la evolución construye”

La educación es anacrónica

Muy interesante escuchar este programa de Redes, dirigido por Eduard Punset, y que entrevista a Ken Robinson.

Es destacable escuchar la idea de por qué nuestra educación no se está adaptando a la sociedad actual, los conceptos claves. Sobre todo porque este tipo de ideas pueden ayudar a cambiar radicalmente el concepto de escuela, plantear nuevos espacios para aprender, nuevas didácticas y nuevos conceptos incluso.

De las palabras a los hechos

Hace ya mucho tiempo que se viene hablando del cambio de paradigma educativo, del cambio del rol del profesor, del alumno, de los padres… he asistido a muchas ponencias, conferencias, jornadas, congresos en los últimos diez años y el discurso ha cambiado poco. Hemos pasado de hablar de “recursos en el aula” a “redes sociales” pero en el fondo los docentes siguen esperando el recurso mágico que le ayude a hacer más llevadero su trabajo. Y entonces llega el mercado y aprieta con recursos y con libros, y con herramientas… y ahora hay Pizarras Digitales en las aulas, y en muchos centros ordenadores portátiles que incluso los niños llevan a sus casas. Y también hay muchos cursos, multitud de cursos, gratis, para aprender a ser el docente del Siglo XXI. Y recientemente han llegado las Redes Sociales a revolucionarlo todo, sobre todo nuestra forma de interactuar con los medios, que ha pasado de ser obserdora a ser exhibicionista muchas veces. Y nuevos elementos han irrumpido en escena, los miedos a estos medios, las diferentes opiniones, los primeros pinitos sin estar seguros de que esto tenga algún resultado concreto.

Pero seguimos preparando programaciones llenas de contenidos que sigan al pie de la letra el currículum con los materiales de siempre, aunque aquí sí que parece que innovamos, hemos pasado del libro al libro digital y de la pizarra a la pizarra digital, pero lo mismo, y lo peor, la misma evaluación basada en exámenes, y más exámenes.

¿No será hora ya de pasar de las palabras a los hechos? Si continuamente escuchamos a expertos hablar de las nuevas necesidades, de que tenemos que educar para una Sociedad del Conocimiento y no una Sociedad Industrial, ¿por qué seguimos reproduciendo el modelo industrial en las aulas? El hecho de usar los nuevos medios no significa que estemos cambiando nada, esto es sólo visual. Debemos sumergirnos en la profundidad del hecho educativo, debemos realmente evolucionar hacia contextos que rompan definitivamente con los modelos antiguos. Comenzar a crear, comenzar a cambiar de verdad.

Tuve la oportunidad de escuchar a los expertos que han participado en las dos ediciones del Global Education Forum (GEF) a los que he asistido y en todos ellos había el mismo mensaje: “hay que reinventar el proceso de aprendizaje”, “Hay que preparar a nuestros jóvenes para afrontar desafíos. Necesitamos desarrollar habilidades, sistemas y un nuevo conocimiento para la Educación del Siglo XXI”… y muchas más frases para pensar, pero sobre todo para empezar a actuar.

Pensamiento libre, educación para tener conciencia

Merece la pena escuchar esta entrevista a José Luis Sampedro porque tiene una claridad de pensamiento que a mí, particularmente me conmueve. Hace tiempo leí su libro “Escribir es vivir”, que recoge un curso que impartió en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander,  dentro de un ciclo dedicado a “”El autor y su obra”, y en él explica toda su evolución y su relación con la escritura y la economía. Una vida realmente ejemplar, para mí es uno de los sabios de la actualidad.

En este vídeo que comienza con una pregunta sobre cómo salir de la crisis, hace una aunténtica exposición ordenada de grandes ideas para salir de la crisis y avanzar como sociedad, incidiendo especialmente en la importancia de la educación para promover la cooperación, el pensamiento libre y la generación de una conciencia crítica.

¡Fantástico e imprescindible!

La educación prohibida

Este vídeo resume perfectamente lo que creo que necesita ahora mismo la educación. Es el avance de una película que ha sido apoyada por las redes de personas, magnífica!

Se habla de aprender, de arte, de emociones, de teatro… ¡de responsabilidad! ¡Una película propiedad de la humanidad con un objetivo claro: cambiar la conciencia sobre la escuela.

¡Que lo disfrutéis!