El mar estiró las arrugas
que el viento había formado
Tumbas sin marca ni huella
habitaban en sus brazos
Si hubiera un puente de madera
colgando de ambos lados
cada paso sería un sueño,
y cada suspiro, un peldaño
¡Guarda tu aliento, pequeño
que tú ya estás sentenciado!
El horizonte burlesco
pintó de rojo un presagio
Y una medusa iluminó solemne
tu camino desde abajo
Busca junto a ti un cortejo
de caballeros emplatados,
Y nada hacia el olvido,
con grietas en los labios
¡Guarda tu llanto, pequeño,
Qué de llorar el mar es salado!
No hay nada que hacer
cuándo el mar te aprieta en su abrazo
frías colchas de espuma
y un suave murmullo arropado
Pronto te habrás dormido
Y ya nunca serás despertado
Busca dentro de tí, mi niño
Busca el ancla que hasta aquí te ha varado
Que llegar a puerto es soñar,
Y soñar es vivir,
aún naufragando
M.S.