- A partir de ahora solo existe una idea: «Jódete y ponte con esto; no hay otra». No te propongas buscar el placer y convencertede nada. Solo actúa, es mucho más sencillo. No busques alternativas y actividades que sustituyan a lo que no quieres enfrentarte.Como esperes el momento perfecto o la situación en el que te sientasinspirado, igual no llega nunca. Recuerda una cosa, si quieres inculcarla terapia del «jódete» a tus hijos, evita utilizar este término; es muy feo.
- Localiza la tarea que tienes que hacer. ¿Sabes concretamentecuál es el objetivo, con qué medios y qué necesitas? Facilítatelo rodeándote de todo lo que precisas. Si vas a cocinar y no te apetece, recuerda tener todos los ingredientes porque basta con que te encuentres sin uno de ellos para que sea motivo suficiente para postergar.Si la música o la radio te ayudan, ánimo, no se trata de sufrir por sufrir.
- Ponte, no hay más. Lo tienes que hacer, ponte a hacerlo, y piensa que cuanto antes lo inicies antes podrás hacer otras actividades que te produzcan más placer. Incluso esas actividades pueden ser el premio.
- Si la tarea es de larga duración, planifica. Divide la tarea racionalmente y ponle hora y fecha para seguir con ella. ¡Y cúmplelo,por favor!
- Es imprescindible que te premies y te digas a ti mismo: «Genial, ya me he quitado esto de encima, fíjate, si no era para tanto» o «Con la pereza que me daba y por fin un tema menos».
- A los padres les aclaro que a los hijos no hay que darles muchas explicaciones, y mucho menos que asocien que todo lo que hacen tiene un premio. Hay que ser responsable porque sí, hacer los deberes porque sí y colaborar en casa porque sí. Igual puedes dar una explicación el primer día que das la orden, y que ayude a educar en valores. Por ejemplo, cuando les digas que hay que colaborar en casa porque la casa es de la familia, explícales que así todos contribuimos al bienestar, que el trabajo estará repartido y todos podremos descansar más. Pero una vez que ya lo has aclarado no es necesaria una segunda explicación. Los niños lo saben y si te cuestionan es porque están postergando, porque les da pereza y porque prefieren ver la tele y jugar. Así que a partir de ahora sé firme y diles que hay que hacerlo porque sí. Los niños no necesitan tantas explicaciones. Si te acostumbras a darlas, luego tendrás que hacerlo siempre. Tenemos que acostumbrarles desde pequeños a que no todo tiene premio, que no todo se realiza porque produce placer y que hay un tiempo, fecha y plazo en el que tiene que cumplirse con las obligaciones. Los deberes del colegio se hacen a las cuatro, no después de la serie que me gusta o después de haber jugado.
Fuente: Extracto integro del libro Entrénate para la vida de Patricia Ramírez
Las personas felices lo son no porque tengan más que los demás sino porque su atención está puesta en lo importante.
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