Un simple tropiezo

Simplemente tropecé de la manera más tonta. Iba caminando por la calle y de repente me vi tumbada sobre ella de la manera más bochornosa. Lo cierto es que me resistí todo lo que pude y solté un grito cuando me di por vencida y supe que iba a caer.

Lo peor es eso, darte por vencida. Cuando tropiezas, los pies intentan equilibrar la pérdida de ritmo en el andar, y es entonces cuando empiezas a dar zancadas grandes para conseguir el equilibrio. En ese momento piensas que no vas a caer, que conseguirás salir airosa de ello y volver a caminar como si no hubiese pasado nada. Si consigues eso, miras a tu alrededor para ver si alguien se ha dado cuenta, te ha mirado y has hecho mucho el ridículo. Normalmente, si te han visto suelen disimular por aquello de que realmente es muy ridículo caer con cierta edad en la calle. Si consigues el equilibrio, entonces sigues caminando como si nada, miras al frente y a ninguna parte en concreto para alejarte el máximo posible de ese lugar.

Pero si no consigues equilibrarte, todavía es peor, hay unos segundos en que piensas que serás capaz, hasta que ves el suelo tan cerca de tu nariz que comienzas a pensar que ya no hay salvación, que te vas a caer y que te vas a hacer daño. Es cuestión de segundos, pero son unos segundos en los que llegas a conclusiones muy certeras sobre tu futuro. En el momento en que sabes, o decides, que vas a caer, caes. En ese momento ya no hay miradas para ver si te han visto, porque sabes que te han visto, lo sabes porque están a tu alrededor preguntando ¿estás bien? Y tú, procuras levantarte del suelo lo antes posible, intentando disimular el dolor y, sobre todo, el bochorno. Porque nadie de esa edad se cae en la calle, se caen los niños, pero no los adultos, y menos una mujer subida en unos tacones con un móvil en la mano.

Cuando caes, te haces daño, pero ese daño empieza a dar la cara después, cuando has tranquilizado a la gente de tu alrededor, cuando te quedas sola. Es en ese momento donde empiezas a ser consciente de todos los sitios donde te has lastimado. Es también en ese momento cuando empiezas a recordar cómo ha sido, cómo has podido caerte, si ha sido una torcedura de tobillo, un hoyo en la calle o, simplemente, un simple tropiezo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>