Biblioburro y otras misiones

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Esta vez quiero compartir dos proyectos que se parecen mucho y que están de plena actualidad, aunque uno de ellos terminó dramáticamente en nuestro país hace ya 75 años. Estoy hablando del Biblio-burro, de Luis Humberto Soriano en Colombia, y de las Misiones Pedagógicas, de la Institución Libre de Enseñanza en España.

Viendo los dos vídeos encuentro similitudes, pero me hace pensar en la distancia que existe actualmente entre estos dos países. En España, en la época de las Misiones Pedagógicas, existían niños y adultos similares a los niños que podemos ver en el vídeo del Biblioburro. Y el objetivo es el mismo, acercar la cultura a esta población.

Ahora que en nuestra sociedad estamos inmersos en otro debate, en la integración de las tecnologías en educación, en cómo hay que enseñar con estos medios, y su gran alcance, me pregunto si no tenemos la pista en estas iniciativas que, sin ser las únicas, tienen un valor pedagógico alto, muy alto: mostrar, enseñar, hacer que los niños quieran saber.

¿Por qué en nuestro país hay un porcentaje tan alto de fracaso escolar cuando ahora no necesitamos ir en burro para acercar la cultura? Si ahora es obligatorio acceder a ella, si se supone que tenemos un diseño más que elaborado y legalizado para que todos y cada uno de los ciudadanos tengan una cultura mínima, ¿por qué cada vez hay más fracaso escolar? Me pregunto qué ha pasado con los ideales, métodos y esencia de las Misiones Pedagógicas, si alguna vez hemos visto en nuestros alumnos las caras de los niños de los dos vídeos. Si alguna vez hemos escuchado a un alumno de secundaria decir “¡Espectacular!, ustedes no se lo imaginan” cuando habla de lo que le enseña su profesor.

¿Hemos perdido la capacidad de entusiasmar? Yo creo que sí, que sólo unos pocos lo consiguen y no con todos sus alumnos. Me gusta una de las frases que dice Luis Soriano, “es un trabajo a largo plazo”, y otra, “mentalidad crítica, constructiva y con mucha imaginación”. Estas tres palabras, también son las que usamos cuando hablamos del uso de internet en el aula, que los alumnos aprendan a ser críticos, creativos y constructivos, ahora hay que encontrar cómo hacemos eso. Quizás internet sea el biblioburro de nuestra sociedad, lo que consigue mostrar cosas que de otra forma no podríamos ver, pero hacen falta maestros como Luis, o como los misioneros pedagógicos, para poder transmitir ese entusiasmo, ese misterio al otro lado de la pantalla donde un mundo diferente se abre y permite aprender. Quizás los creativos tenemos que ser nosotros primero, abandonar tanta rigidez en la enseñanza y plantearnos que nuestros alumnos son, todavía lo son, analfabetos en muchos sentidos.

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