Ultimo largometraje de Claude Chabrol, que todavía realizó un par de capítulos para TV, y que tiene como protagonista a Gérard Depardieu en el papel del comisario Paul Bellamy.
Chabrol ha conseguido hacer una película policiaca casera, con el inspector en bata, pero a la vez sumamente intrigante. Fácil de ver, pero con la opción de removernos la conciencia. Sobre la ética de los ladrones y la maldad de los policías. En definitiva, sobre los múltiples puntos de vista que todos (y sobre todos) somos capaces de tener.
Fabulosamente escogidos los actores para interpretar sus matices de grises cada uno, y una despedida de Chabrol, desde el 58 haciendo cine, que no nos deja en absoluto mal sabor de boca
