BUGgY

Varias versiones del título, BUGgY el original, y BUGS en inglés, Bichos en castellano, pero en los subtítulos lo traducen como parásitos. En algún momento de la película se relaciona con virus (informáticos). En definitiva, la idea viene a ser: los que viven de los otros.

Y es una idea de partida estupenda para contar el post-comunismo y sus efectos en la población normal (¿Contarán las películas del 2025 el post-capitalimo? Las imagino parecidas al post-thatcheranismo. Pero todavía nos faltan por salvar algunos banqueros.¿O son los bancos los que salvamos?).

Iniciamos la historia con alguien caído en la calle a quien nade presta atención, que parece ser algo común desde China a Madrid (me lo han contado la historia en la calle Alcalá, con alguien dando tumbos hasta caerse y nadie hacerle caso porque estaba borracho, y la realidad era que estaba sufriendo un infarto).

Y el resumen más certero de este post-comunismo lo hace el protagonista, Sergey, abuelo veterano de la guerra de Afganistán, diciéndole a otro veterano de guerra:
- “el otro día en un concurso en la tele con niños les preguntaron ¿Quién era Lenin? Y los niños contestaron: Un poeta”

Esta frase es el resumen de la película, comprimiendo las vivencias de los dos protagonistas, Anton, un joven de 23 años y Sergey. Ambos luchan durante la película por una misma cosa, sin ellos saberlo o conocerse, y desde luego con objetivos personales distintos.

El resultado es una película redonda, demoledora, sin concesiones fáciles, retratando la naturaleza humana, en este caso aprovechando los personajes de la Rusia actual, pero de donde podemos extrapolar los comportamientos económicos y el no valer nada de las personas, así como la incomprensión generalizada en ambos personajes, aunque con un barniz distinto cada uno, Sergey con desesperanza, Anton con felicidad fingida. Pero ambos marionetas de quien mueve los hilos.

Imprescindible como reflexión de donde estamos y adonde queremos ir.