Mi inventor, mi poeta y mi maestro

cultura Y tecnología
incertidumbre a raudales
para hablar en la plaza, todos juntos
fuera púlpitos y atriles
abajo el ruido y el aturdimiento
arriba la oralidad y la escritura,
para derramarlo…el pensamiento

flujo tecnológico que confunde,
necesario y sobre todo útil,
pero sin seducción y sin disciplina.
Utilidad que trocea lo complicado
flujo que no comprende lo complejo
y sublima la eficacia boloniesa.

Crisis moral, crisis cultural,
revolución en los trapecios,
saltando sin saber donde acabamos
pero todavía despreciando
la naturalidad de lo artificial
la realidad de todo lo virtual
espíritus que hacen grande lo pequeño
y abierto lo cerrado.

Emergencia de cambiar lo roto,
de trenzar los hilos,
de no mutilar,
de no adiestrar.
Caminando de la mano,
charlando,
en la plaza,
con mi inventor,
mi poeta y
mi maestro.

Dedicada a mi amigo Antonio Rodríguez de las Heras
por su regalo de conferencia (y como resumen de lo que yo “entendí”):
Educación y cultura. ¿Existe una clara separación en nuestras sociedades?
en La Casa Encendida. Otro mundo es necesario.