¿Bailamos?

filarmonica

Estamos llegando a la recta final del curso, un curso más, un año más con resultados muy parecidos. Observo los foros, las redes, tanta innovación que se supone que estamos arrancando no se refleja después en los alumnos. Éstos siguen contando los días hasta el final del curso, centrados en terminar cuanto antes los exámenes y por fin disfrutar de sus vacaciones. Y esto se repite un año tras otro, pasando de curso sin detenerse apenas en lo que la escuela les está ofreciendo, aunque quizás no les esté ofreciendo tanto…

Es muy interesante leer en las redes el movimiento que están causando las TIC, cualquiera que no esté día tras día observando el panorama pensaría que estamos avanzando mucho, cambiando paradigmas, estrategias, innovando de verdad. Sin embargo tengo la impresión de que es tan solo una línea débil, que se mantiene gracias a los que estamos mirando lo que pasa en estos medios. La otra línea, la más fuerte, paralela a esta, es la de los profesores estresados porque los niños les faltan el respeto en el aula, estresados porque se acerca la evaluación final y hay que corregir exámenes, alumnos estresados porque tienen que aprobar, padres y madres preocupados porque sus hijos aprueben… En fin, ¿que donde está la innovación? Que está muy bien que haya iniciativas de algunos profesores, eso es mejor que nada, pero ¿dónde está el proyecto de cambio real?,¿ cuándo vamos a conseguir que cambien realmente las estructuras de los centros?, ¿cuándo vamos a sacar la escuela a la calle?

Igual que en este vídeo, donde la Filarmónica de Copenhage sale a la calle y toca el Bolero de Ravel en la Estación Central, la escuela debería romper sus muros, integrarse en su entorno y mostrar a los alumnos la vida. Hacer que éstos no estén contando los días para salir de la escuela porque la escuela esté dentro de sus días, en sus vidas, en sus calles. Y esto no se consigue con algunas experiencias aisladas, se consigue realizando un verdadero pensamiento grupal. De nada serviría que uno de los músicos de la Filarmónica saliera a la calle a tocar, sería un músico más, un buen músico más, de los que tocan en la calle y quizás no nos pararíamos a mirar (como podemos ver en este vídeo en el que Ara Malikian, probablemente uno de los violinistas mejores, sale a tocar en el metro y recibe muy poca atención). El impacto de la Estación Central de Copenhage reside en el grupo, en la orquesta. Es más difícil hacer que se oiga nuestra voz si somos uno, la fuerza del grupo es más potente.

Así debería ser en educación, romper de una vez el trabajo individual, ponernos a trabajar en grupo para generar proyectos de cambio. Todo cambio pasa por un proyecto, un propósito para generar objetivos y acciones encaminadas a conseguirlos. Los centros siguen reproduciendo los modelos burocráticos exigidos por las administraciones, dejando el papel de la innovación en los profesores, y éstos hacen lo que pueden y/o lo que quieren, y no se les oye tanto como sería deseable.

Para producir una auténtica innovación hay que juntar a la orquesta, que cada uno aporte lo que sabe “tocar”, y que comience a sonar. Y para comenzar hemos de tener la “partitura”, para saber cuáles son los pasos que hemos de dar. De ahí la importancia del Proyecto para integrar cualquier cambio, pedagógico, tecnológico, arquitectónico… primero pensamos, consensuamos y, después, actuamos. Hacer un proyecto que contemple a todos los actores implicados, que sea capaz de sacar el partido de cada uno de ellos, profesores, equipo directivo, familias, alumnos, personal no docente… todos los que trabajamos por y para la educación. Los que queremos que el cambio llegue, los que queremos que el aprendizaje no se base exclusivamente en exámenes y pruebas de nivel. Todos los que deseamos que nuestros niños y  adolescentes no tengan ganas de que suene el timbre de salida del cole para poder “hacer su vida”.

Cada vez es más urgente mediar en este divorcio entre la escuela y la vida, y conseguir que vuelvan a ir de la mano. Romper de una vez con el modelo industrializado de la escuela de timbres, planificaciones y exámenes, y avanzar hacia una escuela activa del conocimiento.

Conocimiento como “hechos o datos de información adquiridos por una persona a través de la experiencia o la educación, la comprensión teórica o práctica de un tema u objeto de la realidad”.

Y existen herramientas que intentan llevar la realidad a la escuela, que pueden llevar la realidad a la escuela, pero ¿por qué no llevar también la escuela a la realidad? Las TIC nos permiten lograrlo, pero nos falta lo más importante que es dar el salto hacia un proyecto realmente innovador.

¿Qué me dices? ¿te animas a bailar conmigo?

Por una escuela innovadora:

Fundación Siglo22: http://fundacionsiglo22.org

Centros en Red: http://siglo22.net/enred

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