Archive for noviembre, 2011

¿Y a ti, qué te apasiona?

Posted 28 noviembre, 2011 By gema
estambul

Todavía estoy con resaca del XI Congreso EC que se celebró los pasados 24, 25 y 26. Allí estuve, sin perder detalle, invitada como “tuitera” por @alfredohernando, gracias una vez más.
La verdad es que ha sido una experiencia muy grata, por muchos motivos pero los principales han sido haber conocido a gente estupenda que me han enseñado mucho en tan pocos días. Compartir mesa con ellos ha sido toda una experiencia, escuchando y sintiendo sus pasiones me he sentido pequeñita. Escuchar, sólo eso, para aprender de esos compañeros que, además de tuiteros, entran cada día al aula con ganas de hacer cosas, de mejorar, de atender a sus chicos, a sus niños, de la mejor forma posible. Unas veces apoyados por sus directores y otras no tanto.
Ahí estaban @mercetomelloso y @jjpaganc, que se fueron con la intención de “#liarlaparda” el lunes. Comenzar a realizar los sueños que durante estos días nos hicieron sentir ponentes de la talla de Montserrat del Pozo o Pilar Jericó. Todavía tengo los ojos de Mercedes diciéndonos lo que le había gustado y lo que había sentido, unos ojos llenos de pasión.
Durante la dinámica con la que empezó Pilar Jericó su presentación tuve ocasión de compartirla con @marmarmur, se trataba de darnos la mano, presentarnos y decir algo que nos gustase hacer (otra vez la pasión). Fue breve, y me quedé con ganas de saber más, (Mar, tendríamos que quedar por twitter para poder seguir contándonos nuestras pasiones).
Aunque a @cpoyatos ya le conocía de otros muchos eventos, nunca había tenido la ocasión de charlar distendidamente con él. Nuestros paseos por el hotel, de recepción al guardarropa, del guardarropa a la otra recepción y de allí a la primera… qué laberinto! Todavía sonrío cuando recuerdo el entusiasmo con el que me contaba que los profes pueden hacer la revolución, desde abajo. Me entra una envidia sana cuando recuerdo como trabaja con sus alumnos, parece tan fácil que hasta que no te paras a pensar no te das cuenta del trabajo que hay detrás.
Y hablando de trabajo, cómo no voy a mencionar a @flosforum, cómo nos dejó con la boca abierta durante la comida del viernes cuando nos contó el trabajazo que hace con sus alumnos, con los padres de los alumnos, con ella misma. Y como colofón, la mayor delicia, escuchar a Carmen hablar de música, ¡ahí sí que hay pasión!

No puedo dejar de mencionar a nuestros organizadores, @jmbautista2, @iarrimadas, @alfredohernando, que volcaron auténtica devoción con todos los que por allí nos movíamos, y sintieron ya al final de las jornadas la euforia de quienes saben que han hecho las cosas bien, ¡enhorabuena!

No voy a seguir mencionando a tanta gente con la que he tenido la oportunidad de conocer, escuchar y aprender porque no hablaría de otra cosa en este blog. Sólo quiero resaltar algo que merece la pena destacar. Durante todo el Congreso se habló de enseñar con pasión, mostrar pasión en lo que haces, la pasión. El caso es que no sólo se habló de ello, también se sintió. Hubo ponentes apasionados, hubo asistentes apasionados, tuiteros apasionados. Una pasión por lo que allí se decía o se hacía. Y mientras se hablaba de eso yo pensaba, ¿cuántas personas de las que están aquí escuchando cambiarán su forma de enseñar el lunes para mostrar esa pasión en su trabajo?, ¿cuántas serán capaces de reconocer que, quizás, nos dejamos llevar demasiado por la rutina? Me preguntaba si habría muchos que estuvieran vibrando tanto como nosotros, los tuiteros. A cuántos se les puso un nudo en la garganta durante alguna de las ponencias. La respuesta no la sé, aunque creo que hoy puedo afirmar, después de ver las reacciones el último día, que a muchos. Y no sé cómo habrá ido el día de hoy, si al entrar en vuestros coles, vuestras aulas, y ver a vuestros compañeros y alumnos, os habéis planteado que sí, que lo que hacéis cada día hay que hacerlo lo mejor posible. Y que hay que ponerle pasión.

La pasión nos hace sentir, emocionarnos, vibrar. Nos hace ser más felices, y tener más salud. Cuando hacemos algo que nos apasiona transmitimos esa sensación, hacemos que nuestras interacciones sean mucho más gratas. Ser profesor debe ser una de las profesiones más apasionantes del mundo. Saber que de ti depende en parte el desarrollo de una persona tiene que ser muy estimulante, emocionante y, a la vez, de una gran responsabilidad y necesita altas dosis de pasión.

Pero seguro que además de la pasión por educar, cada uno de nosotros tiene otras pasiones, esas que asomaban estos días en ese ambiente de ilusión pero que no me dio tiempo a conocer. Empezaré por mí.

Me encanta mi trabajo, le decía a Mar en la dinámica que soy adicta. Y me gusta leer, ver cine, teatro… ah! y escribir, me encanta escribir.  El arte me emociona, y eso se lo debo a una profesora que tuve en el cole. Y por último, pero no por eso menos importante, mis dos grandes pasiones: mis dos hijas, seguro que ya lo sabíais!

¿Y a ti, qué te apasiona?

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¿Cómo influyen las emociones en el aprendizaje?

Posted 16 noviembre, 2011 By gema
felipe_clase

En los últimos eventos en los que he estado ha habido una constante casi universal, la importancia de las emociones, el afecto, a la hora de enseñar y aprender. De lo que yo deduzco otras variables como la confianza, la empatía, el buen humor… ¡Comprobado! La mayor parte de los seres humanos aprenden más y mejor en contextos en los que se sienten bien, ríen, confían y tienen emociones positivas. Lo estoy descubriendo este año después de ir conociendo diversas experiencias directas con los mismos niños en unos ambientes o en otros.

Muchos dirán que en la secundaria no se puede tener tan “buen rollito” porque los adolescentes se te suben a la parra. Y es que para unos cuantos, esta generación de adolescentes es una generación pasota, que no quiere aprender, que falta al respeto, que miente, que no saben nada… Pero nada más lejos de la realidad, los adolescentes de hoy (como los de todas las épocas) quieren aprender, eso es seguro. Lo que quizás no quieran o no sepan aprender es el lenguaje codificado que utilizamos muchas veces en el aula, el lenguaje verbal y, por supuesto, no verbal y emocional. Lo que es un hecho es que los adolescentes no toleran las injusticias, lo que ellos creen que son injusticias, comienzan a tener autonomía en sus pensamientos y eso los adultos no lo llevamos siempre bien. Esta generación además, es una generación mucho más desinhibida que las anteriores, más capaz de expresarse y de mostrar sus opiniones, cosa que en las aulas no es siempre bien tolerada. Vivimos las opiniones muchas veces como faltas de respeto. Quizás ha llegado el momento de enseñar a expresar emociones de una manera inteligente y eficaz… ¿sabemos?

Imagen de previsualización de YouTube

El primer problema al que nos enfrentamos es nosotros mismos, ¿cómo resolver nuestros propios déficits en cuanto a inteligencia emocional se refiere si nunca nos han enseñado qué es eso, si además nuestro entorno dedicaba gran cantidad de tiempo a entrenarnos en la disciplina y el orden? Hemos aprendido en un entorno diferente, donde los contenidos lo eran todo para poder llegar a ser algo más que tus padres. Pero ahora parece que a nuestros chicos no les importan los contenidos, parece que les importan más otros temas. Las relaciones con sus iguales, las relaciones con sus profesores y con sus padres, marcan definitivamente cómo aprenden o cómo se vuelcan o no en los estudios. Pero nosotros no nos damos cuenta porque nos da miedo. Pensamos que si les dejamos rienda suelta a sus intereses y sus formas de aprender estamos siendo blandos o quizás no estamos encaminando sus pasos. Tenemos miedo a perder el control, o la autoridad, y luchamos contra nosotros mismos para que eso no pase. Y es que tenemos dudas, no tenemos claro qué es eso de la autoridad, lo confundimos muchas veces. También nos da miedo la risa, porque creemos que es un síntoma de que no se toman en serio nada (ellos, no nosotros), y preferimos verles en el aula sentados, serios, y callados porque pensamos que así están concentrados en la clase y aprenden más.

Divertido ¿verdad?

Sin embargo la risa es la expresión del bienestar en el ser humano. Todos queremos reír, porque nos gusta sentirnos bien. Lo que pasa es que por alguna razón nos han convencido de que tanto en el trabajo como en la escuela, para rendir bien hay que estar serio y callado.

Tremendo error, cada vez hay mas empresas que crean espacios divergentes donde dar rienda suelta a la creatividad de sus empleados, son esas empresas sí, que dan gran valor al trabajo en equipo, a la comunicación y a la “disrupción”, entendiéndose ésta como algo positivo desde donde salen muy buenas ideas.

¿Y el aula entonces cómo debería ser? Aparte de cambiar radicalmente nuestros espacios físicos para aprender, sobre todo tenemos que cambiar nuestras cabezas, hacia una escuela mas emocional.

Si tuviera que soñar en cómo debería ser mi aula ideal la soñaría del siguiente modo:

Sería un grupo de personas implicadas en el proceso de enseñar y aprender, de diferentes edades e intereses, donde sobre todo se exploraran los talentos de cada uno y siempre hubiera risas. Que cada logro fuera resaltado, por muy pequeño que fuera, y que cada fracaso se convirtiera en una oportunidad para lograrlo. Los maestros se equivocarían también y mostrarían sus emociones de manera eficaz para poder enseñar a sus alumnos a mostrar las suyas. Y todos, sobre todo, estaríamos contentos de enseñar y aprender.

¿Utopías? ¿Conoces alguna escuela así? Cuéntamelo…

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